Distorsionando la verdad


El enemigo distorsiona y pervierte todo lo establecido por Dios. Si Dios es paz, el enemigo vendrá a sembrar intranquilidad e incertidumbre. Si Dios es amistad, el enemigo vendrá a sembrar enemistad y discordia. Si Dios es humildad, él vendrá sembrando orgullo y arrogancia. Más, el fruto del Espíritu de Dios en nuestras vidas es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley.