Buscamos nuestra paz interior, pero después uno debe buscar la reconciliación con los demás. No permitas que tus relaciones personales se conviertan en una batalla diaria, no solo en tu matrimonio, sino también en relaciones laborales, familiares o de amistad, en definitiva, relaciones humanas. Y es que, al igual que los sabores, hay personas dulces, saladas, amargas o ácidas. “Porque todos ofendemos muchas veces…” (Santiago 3:2)
audio_relacionespersonales 06-02-22
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